Un Dia Como Hoy

Escucho una voz a lo lejos es una voz varonil, pero no logro distinguir quien me habla. “Tienes pantallas?”… Es mi padre preguntando tal cosa. Estoy un poco drogada por el precio del sueño. “No tengo de las que pides!”… “Y?”… “No tengo, déjame dormir!” Vuelvo a acurrucarme, cuando “pa, pa, pa, pa, pa, pa!” (la alarma empieza a sonar). No puedo creerlo, 10 minutos de sueños perdidos. Entre descifrando quien me hablaba y si era un sueño o realidad. Hay que perdida de tiempo!

Ya es de mañana, un rayito de sol entra por mi ventana. No quiero salir de la cama, no quiero levantarme a entrar en la costumbre dominical. No deseo salir, la cama me ala a quedarme unas horas mas.

Entonces recuerdo que es importante, pero mas bien por cumplir. Me levanto y me preparo con santa calma. Con una media puesta, despeinada y... “es hora de irnos”; otra vez empiezan a chavar. Ya casi termino, pero creo que puedo ir otro día, ahora no, siempre mañana, siempre después!

Ya lista para irme espero que los minutos pasen, para que el tiempo se haga mas corto y pueda ser libre para hacer lo que me plazca.

Prendo la guagua, voy camino a mi destino y deseo regresar, aun ya allí, pienso en salir temprano. Escucho o quizás me hago la que escucho todo lo que dicen, simplemente actuó como lo hacen en teatro. Me siento, escucho, comento y me voy. Plan perfecto!